Paul me advirtió que no dijera nada, aunque en realidad ellos no estaban haciendo nada malo, él solo trataba de consolarla.
-¿Qué jovencita? –preguntó George alarmado.
-No lo sé, pero no era Sofía. No te preocupes –respondí.
-Ah, que bien… -dijo él con una mirada sin expresión, pero luego volvió a mirarme con susto -¿Cómo sabes si no era ella?
-La vi en el… Escenario cuando tú… Ya sabes –le contesté. Él me miró a los ojos un momento y luego desvió su mirada rápidamente.
-No sabía que estabas en el público –dijo.
-Estaba con Jake y Jessica… ¡Jessica! –me acordé que ella seguía adentro, miré a Richard –Oye, ¿puedo entrar?
-Claro que sí –respondió, nuevamente me perdí en sus ojos, eran realmente preciosos. Abrió la puerta, John y ella estaban sentados en el sofá muy cerca el uno del otro. –Jess, hay que irnos.
-De acuerdo –dijo algo enojada –Adiós John, un gusto poder hablar contigo.
-Adiós chica, que descanses –le besó la mejilla y le entregó un pequeño papel.
-Ya rápido mujer, me quiero ir –interrumpí, pero estaba verde por salir de aquel club. Me giré rápido para salir de la habitación pero por desgracia, justamente por desgracia, choqué con George. De no ser porque me sostuvo, ya estaríamos estampados en el piso.
-Cuidado, Ale –dijo él sonriendo. Me tenía agarrada de los brazos, lo que me hizo enrojecer. Volteé a la derecha para que no lo notara, pero creo que no funcionó ya que escuché una pequeña risa.
-¿Estás bien? –preguntaron Richard y Jake al mismo tiempo. Esta vez lo que escuché no fue una risita, si no unas carcajadas desde dentro de la habitación, eran John y Jessica.
-Sí, estoy perfectamente, gracias por preguntar.
-Ya vamos –dijo Jessica y se despidió de todos. Comencé a hacer lo mismo.
-Adiós John, adiós Rich –le besé la mejilla y me tomó del brazo.
-Cuídate, vuelve pronto –dijo y sonrojó.
-Eh, adiós Ale que estés muy bien –interrumpió George y me besó la mejilla.
-Adiós –dije secamente.
Salimos de los camerinos y nos sentamos en la mesa que estábamos antes. Decidí ir a los baños para advertirles a Paul y a Sofía que George la estaba buscando. Entré, ellos conversaban de lo lindo y la chica ya no lloraba.
-Paul –los interrumpí. –George esta buscando a Sofía y ya sospechó de ti.
-Me lo imaginé, él piensa que tenemos algo pero yo la considero mi hermana –contestó él. Sofía levantó la mirada y clavó sus ojos en Paul, parecía como si la palabra “hermana” le hubiera lastimado su corazón –De todos modos, gracias por avisar. Vamos en un momento.
-Ok –me dirigí a la mesa nuevamente y me senté.
-Ale, es tarde, debo irme –dijo Jake.
-También yo –siguió Jessica.
-Esta bien, entonces me iré con ustedes.
Nos levantamos y avanzamos a la salida, miré por última vez la puerta de los camerinos, estaba George con su vista pegada en mí. Le sonreí al igual que él y salí.
Jake se fue derecho y Jessica iba a tomar un taxi ya que le daba miedo caminar sola a esas horas de la noche y me quedé esperando con ella hasta que llegara uno, lo que fue solo un par de minutos…
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