-Le dije lo genial que había tocado y que me encantaba su voz, y adivina qué me dijo.
-¿Qué te violaría? –contesté riendo.
-Claro que no, tonta. Dijo que me había visto cerca de escenario y que con eso él logró tocar mucho mejor… -dijo Jessica en tono alegre.
-Hay Jess, me alegro por ti. Eso quiere decir que le atraes.
-Pero… ¿Cómo sabes si eso se lo dice a todas?
-No lo creo, confía en ti. Eres bonita, simpática, genial, ¿qué hombre no querría eso en una mujer? –dije para animarla.
-Cómo deseo que eso fuera verdad, pero no lo sé… Ah, espera, no te he contado la mejor parte.
-Jajaja Dime.
-Cuando nos despedimos, me entregó un pequeño papel, ¿y sabes lo que tenía?
-¿La marca de su guitarra? –respondí bromeando.
-¡Cómo adivinaste! Y también puso el color y el tipo de material con que está hecha –dijo sarcásticamente –No era eso, era su número de celular y abajo escribió “esperaré tu llamado con ansias”… ¡Por Dios!
-¿Lo ves? Le atraes y no lo niegues.
-Es tan hermoso, lo adoro.
-Si me he dado cuenta Jessica –miré a George, me acordé de lo que estábamos hablando, ya quería saber quien sería esa chica –Eh, oye, ¿podemos hablar luego? Ando algo ocupada.
-¿Con quién estás?
-Emm con nadie.
-Eso no te lo crees ni tú. Si me dices, dejaré de interrumpirte –Vaya, qué manipuladora.
-Qué linda amiga, ¿no crees? –dije sarcástica.
-Hay sí, me amo.
-Bueno bueno, tú ganas. Estoy con George, me acompañará hasta mi casa.
-¿Y después qué? ¿Jugarán cartas? Aprovéchate de él –al decir eso me alteré porque pensé que George lo pudo haber escuchado, por lo que le corté rápidamente.
-¿Por qué le cortaste? –dijo él.
-Eh, porque se quemó con el café y dijo que después me llamaba –mentí, claro.
-Wo, pobre de ella.
-Sí… “Pobre de ella” –le sonreí.
-Ahora que lo pienso, los chicos deben estar furiosos.
-Pero George, te dije que no tenías que acompañarme, será mejor que te vayas.
-Y yo te dije que no te dejaría sola. Que se esperen.
-Me siento culpable de que después se enojen contigo, no te preocupes por mí, estaré bien.
-No tienes por qué –me dijo y respondí un “Pero…”
-Pero nada –me interrumpió –además, será entretenido.
-Yo soy aburrida –le comenté.
-Yo soy insoportable.
-Te creo –dije y comenzamos a reír. –Enserio George, debes ir a tocar…
-No me entiendes, Ale –me tomó del brazo con suavidad –Yo no me quiero ir –dijo con una voz tan dulce que hizo que me ruborizara…
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